domingo, julio 31, 2005

Con Objetivos Poco Claros

Una de las bases de una buena planificación, y cuidado sino la más importante, es contar con unos objetivos muy bien definidos, que nos permitan trazar líneas de acción adecuadas al nivel de nuestras expectativas. Si esto falla, corremos el riesgo de perder todo nuestro tiempo y esfuerzo en alcanzar cosas que no buscamos o incluso quedar en una posición de riesgo que nos devuelva al estado previo o a un estado en peores condiciones. El escualidismo venezolano padece de mala definición de sus objetivos.

En días recientes sostuve una conversación con una amiga del Zulia, y esta me explicaba que su grupo de acción política seguía los lineamientos de Gene Sharp relativos a la Resistencia No Violenta y con los cuales me encuentro muy de acuerdo por evitar la confrontación bélica, durante su explicación de la filosofía la interrumpí y le pregunté “¿Cuál es el objetivo de hacer esto?” a lo que ella me respondió “Chávez”.

He pasado varios días analizando esta respuesta, no es la primera vez que la recibo de alguien de oposición y mucho menos de los miembros de la oposición tradicional quienes siempre argumentan sus acciones diciendo que su objetivo es sacar a Chávez. ¿Y qué se supone que quieren con Chávez?, ¿Es que Chávez como tal es un objetivo?; yo no lo creo, si esto fuese así entonces con que Hugo Rafael cayese enfermo y muriese se resolverían los problemas de pobreza, desempleo, inseguridad y en general el subdesarrollo de nuestro país; esto querría decir que los años previos al chavismo fueron una panacea de progreso y felicidad para Venezuela y que solo la mano temible del tirano de Barinas nos llevó al punto de degradación en el que se encuentra nuestro país. A los líderes de la oposición e incluso al conglomerado de la sociedad venezolana, tanto chavistas como escualidos, no han pensado que hacer después de Chávez; a unos no se les ha ocurrido que su líder no es eterno y que al parecer en su circulo cercano no se encuentra ninguna figura que lo pueda sustituir, que por demás no aparecerá pues a los líderes de este tipo de sistemas no les convienen los competidores que los puedan dejar en evidencia, y mucho menos dentro de su séquito; y a los otros al parecer lo único que les importa es sacar al actual usuario de la silla presidencial de su puesto, sin tener a mano una propuesta de cambio y ni siquiera un plan de acciones para afrontar la situación de vacío de poder que se plantean generar.

Desde mi punto de vista deberíamos olvidarnos de los caudillos (que finalmente son mortales) y empezar a trabajar en un proyecto de país donde el principal interés sea la protección de las libertades del individuo, antes que la investidura de poderes del estado; un país donde la propiedad y el trabajo sean respetados antes que el cabildeo y el amiguismo; un país donde los individuos sean considerados por sus acciones personales y no como parte de un colectivo. Solo planteando nuevos argumentos y nuevas metodologías lograremos ganar la batalla al socialismo reinante. No podemos seguir creyendo que venceremos esta situación planteando ideas de izquierda si nuestro objetivo a derrotar es el propio líder de la izquierda latinoamericana.

Debemos despertar y empezar a buscar nuevas alternativas, lo planteado hasta el momento es propio de anarquistas y no de una sociedad que debería estar en búsqueda de su libertad y orden, sacar a Chávez no es un objetivo en si, es solo una etapa para el objetivo mayor que seria construir un país libre.

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